Las Musas

Más tarde, seguramente impulsado por el miedo a mis propias limitaciones, pensé que cualquiera podía llegar por si mismo a alcanzar el súmmum. Para ello, sólo era necesario aplicar el correspondiente esfuerzo. Fue doloroso pero liberador admitir que me equivocaba.
Después pensé que nos dividíamos en dos grupos: el primero está destinado a hacer cosas, y el otro a inspirar a estos primeros. De esta manera, un artista podría alcanzar su techo únicamente si conoce a su musa, y la capacidad de una musa se pierde si no es adorada por un artista.
Ahora ya no pienso nada de todo esto. No existen, en mi opinión, ni élites ni destino escrito. Sólo es cuestión de encontrar a la pareja de baile adecuada. Lo demás viene rodado...
¿O no?
5 pastelitos:
Ya te digo, al final la vida es una lotería y no sabemos lo que nos vamos a encontrar. Por ejemplo ahora mismo mi mejor pareja de baile sería una señora que estuviera a punto de morir y me dejara una herencia multimillonaria.
Creo que es valido pensar todo esto. Que todo es cierto a la vez. Todos admiramos, somos admirados, o somos el artista o la musa, para alguien, en algún momento.
Ese alguien es una buena pareja de baile para ese momento. Lo importante es diferenciar que pareja es la adecuada y conocer los pasos para cada baile...
... y bailar y bailar y bailar....
Esto que he dicho me ha traido a la mente proponer como error generalizado la obsesión de bailar cuando la pareja no es la adecuada. Tiende a ser básicamente, tiempo perdido, que luego se justifica de una u otra forma. Pero el tiempo tienes una cosa (no tiene más):
No atiende a razones, y pasa inexorable.
Lo que sale mal. Estaba jodidamente mal. Fue pues tiempo perdido, no mala suerte, ni nada que por lo menos sea útil como experiencia. No hay enseñanza. Porque no hay dos instantes identicos, solo te queda un vacio existencial.
El remedio a este vacio, es el olvido. El vicio, no olvidar, no querer perdonarse por ser tan gañáaaaaaaaaaaaaan.
a veces hasta sin pareja de baile...pero ya lo decia la cancion de objetivo birmania: los de antebrazo fuerte duermen peor
Todos tenemos musas, aunque no lo sepamos. Es por ellas que nos levantamos todas las mañanas, tomamos nuestro café, y salimos de casa dispuestos a aguantar de nuevo el atasco hasta el trabajo, aunque el cuerpo nos diga "tú eres tonto...". Lo dificil es encontrar a aquella que sea capaz de inspirarnos el resto de nuestras vidas. No vale escoger a la que simplemente te hace tilín, pues corremos el riesgo de perder la fuente de inspiración a los pocos años, o incluso meses. Hay que mirar más alla, encontrar a la musa de nuestra vida, y complacerla en todo lo posible hasta que entienda que no podrá encontrar una musa como nosotros.
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