Más
Eh, amigo, si el sargento me daba por el culo era para hacerme un hombre, amigo.
No sabes lo que te has perdido, amigo, estarás marcado para siempre.
Llevarás grabado en tu piel el estigma del tarado, del que no es un hombre, amigo.
Nunca podrás afrontar situaciones como yo lo hago, porque yo ya estoy de vuelta.
Nunca podrás sostener tu mirada contra la mía, porque yo sí soy completo.
Amigo, puedes ser mi amigo, pero tienes que mirarme desde el piso de abajo, amigo.
No aspires a llegar a ser lo que yo soy, porque ya no puedes, ya es imposible.
Y eso me gusta. Y me gusta recordártelo, y hacerlo cuando los demás puedan oírlo.
Pero si necesitas un favor, amigo, no tienes más que pedírmelo. Siempre he sentido un impulso de caridad hacia los que son como tú, porque entiendo que todos merecemos la oportunidad de hacernos un sitio.
Pero, amigo, nunca pretendas estar aquí arriba, porque este es el lugar reservado para los elegidos